domingo, 25 de diciembre de 2011

De nuevo.

Mirar a los ojos a alguien, saber que no puede ser tuyo, que solo puedes ser un mero espectador en su vida, un mero extra más, en vez de formar el papel secundario en su obra y huir y vivir aventuras a su lado.
Saber, que todo aquello que hacéis está poco más que prohibido. Que no. No se puede.
Volvemos a la intricada lucha entre el deber, y el querer.
Tan a menudo se cruza esta disyuntiva en nuestro camino, que por desgracia, nos la conocemos de sobra; aunque lo más irónico de todo (y la ironía es un recurso muy utilizado por la vida) por mucho que la conozcamos, solo sabemos vislumbrarla, no decidir sobre ella.
No sabemos qué será lo correcto esta vez. Ni lo que nos hará felices. Porque no siempre lo que queremos es lo más correcto,vale. Pero tampoco es siempre lo que nos ayudará a ser felices, a estar completos.
Yo, la verdad. No sé si tomé o he tomado las decisiones que debía, ni las que quería. Pero creo, y a la vez..ansío y espero que sea la correcta.
Creo que me he equivocado demasiadas veces porque si intentas hacer lo correcto siempre, ni la mitad de las veces recibirás la respuesta que esperabas. Y quizá, unas pocas veces que he decidido dejarme llevar, no me ha salido del todo como esperaba ni mucho menos.
Ahora mismo estoy confusa. ¿He hecho bien? ¿ He hecho lo correcto? ¿ He hecho lo que sentía?... bueno, esa última está claro que no. Siempre suprimo mis sentimientos con tal de hacer que todo sea más fácil.
Sí... soy capaz de mentirme a mí misma hasta ese punto. Pero todo sea, por una felicidad a largo plazo que espero que llegue algún día.
No quiero hacer daño a nadie más y aunque sienta ganas enorme de estar con una persona, no voy a meterla en el mismo bucle que yo, no le deseo eso a nadie.
Y como yo tampoco se lo deseo ni lo quiero para esa persona que esté a mi lado... tampoco lo quiero para mí.
Todo es demasiado complicado. Y sin embargo, llegó a parecer tan fácil como abrir mi corazón, dejar que fluyera y que me cuidara..


Esto del amor, relaciones, convivencia, querer, poder, deber. Es demasiado complicado, pero, a la vez tiene tanta magia guardada. Magia que quiero explorar, pero todavía no me atrevo del todo.
Poco a poco voy asumiendo, me abro, pero...claro está, todo con tiempo y...poco a poco.


Solo diré, que aunque me haya negado (de nuevo) a darme una oportunidad con él. No lo voy a olvidar.
Como él me dijo hace tan solo unas horas: Siempre te llevaré en mi corazón...










Como dijo el gran autor Charles Dickens:


"Hay cuerdas en el corazón humano que sería mejor no hacer vibrar"














El sueño de la razón... 


miércoles, 21 de diciembre de 2011

Sueños.


Sueña el rey que es rey, y vive
con este engaño mandando,
disponiendo y gobernando;
y este aplauso, que recibe
prestado, en el viento escribe, 
y en cenizas le convierte
la muerte, ¡desdicha fuerte!
¿Qué hay quien intente reinar,
viendo que ha de despertar
en el sueño de la muerte? 


Sueña el rico en su riqueza,
que más cuidados le ofrece;
sueña el pobre que padece
su miseria y su pobreza;
sueña el que a medrar empieza, 
sueña el que afana y pretende,
sueña el que agravia y ofende,
y en el mundo, en conclusión,
todos sueñan lo que son,
aunque ninguno lo entiende.


Yo sueño que estoy aquí
destas prisiones cargado,
y soñé que en otro estado
más lisonjero me vi.
¿Qué es la vida? Un frenesí. 
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño:
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son. 


Me encanta perderme en estos versos. Pude estudiarlos el año pasado, la obra entera. Pero el soliloquio de Segismundo me evoca sentimientos muy bellos y a la vez luchadores.


La época de navidad es un momento del año muy entrañable.
Tiempo para una misma, momentos de reunión frente a un chocolate caliente y unos churros, salir, dar una vuelta al belén del Pilar. 
Tiempo de enamorarse, ¿Por qué no? No hay época más perfecta y en la que venga tan bien una mano que te lleve por las calles llenas de luz, y te abrace al comienzo del año para dar rienda suelta a un bello sentimiento.
Estos días son los que mucha gente odia y otra adora. Yo soy de la firme convicción de que no debes odiar una unidad de tiempo, no subestimes lo que te puede ofrecer, no des por hecho lo que aún, y por fortuna, no se ha escrito. Se odia o adora lo que ello representa. 
Y cada año, es diferente, representa algo distinto. Todo depende, y es cierto, de con quién lo disfrutes y hasta que punto lo exprimas.
Toca:
Disfrutar.
Reír.
Dar la mano a quien te ofrece felicidad constante.
Bailar.
Cambiar la rutina.
Descansar.
Y seguir sonriendo pase lo que pase.
Cada momento es oro y es único. Aprovéchalo como si fuera el último.
Así que haz con él, lo que se merece. Vívelo.
Toca todo esto y más, porque, joder, ya aguantaremos lo demás el resto del año.
Dejaros llevar por la magia... Tiene un no se qué, que qué sé yo. Es embriagadora.


· Supongamos que cada mañana te encuentras 1440 euros...
Puedes regalarlos, divertirte con ellos o quemarlos.
Pero los que no uses, al final del día desaparecerán.


Así funciona la vida...
La diferencia es que lo que te encuentras cada mañana no son 1440 euros... son 1440 minutos.
Piensa bien que vas a hacer con ellos...






Soñar...
que la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.



domingo, 4 de diciembre de 2011

Lo es todo.

Creo que si me preguntaran quién irradia para mí fuerza sobrehumana.
Respondería que ella.
Mi madre.
Es la heroína del siglo XXI, lo creo firmemente.
Ha podido con todo, siempre. Y ahora no será menos.
Llegan momentos difíciles pero podrá con todo, como a hecho siempre, pero esta vez contará con el tirón nuestro. Sin lugar a dudas. Sin ningún reparo.
Ella ha sido mi soporte siempre, y ahora me necesita. Y tendré preparada mil sonrisas para ella. Mil historias que si hace falta me las saco del libro más rebuscado, para tenerla entretenida.
Que no puedo imaginarme un mundo ni una vida sin ella. Y no pienso hacerlo.
Ella ha sido, es y será todo mi mundo siempre.
Porque aunque tenga sus más y sus menos ha sabido hacerlo perfectamente y siempre con tal de llevarme en el buen camino. Y de cuidarme. Y de darme todo aunque ella no tuviera nada.
La quiero más que a nada en este mundo.
Y eso, a pesar de que el mundo no es constante, ni bueno, ni paciente, no cambiará.

Esta canción...tiene fuerza...como ella.





Te quiero.