lunes, 23 de enero de 2012

él

Me imaginé mi vida junto a él.
Lo digo en serio.
Sí, es mi dolor de cabeza. Cada vez que me planteo meter a alguien en mi vida. Que me quiera, me cuide. Aparece él. Es mi causa y mi efecto... fue y ha sido mi todo..no puedo arrancármelo de la cabeza y creo...sé que nunca lo haré.
Era mi mejor amigo. Mi compañero de fatigas, de tardes muertas, de miradas...
Y me imaginé mi vida junto a él...y me gustó lo que veía.
Le echo de menos, y no cada demasiado como querría... demasiado a menudo en verdad.


Recuerdo como me besaba. Un...frío y calor intenso a la vez me recorría todo el cuerpo. Como me miraba, de verdad... me hacía sentir la única mujer del mundo. Hacía que el día o momento más amargo tornara en uno bueno.
Su voz al teléfono al final de un día, o tenerlo al otro lado para calmar mis nervios... creo que nadie lo hacía como él.
Me abrazaba, no dejaba que me escapara, era...renovador.
Fue mi razón para creer en el amor...y fue mi razón para dejar de creer en él.
Es...las dos caras de mi moneda personal.
Y nunca se lo perdonaré por ello. O...quizá sí se lo perdone por la misma razón. No sé.
Echo en falta sus bromas sin venir a cuento, sí, lo sé, muchas veces estaban fuera de lugar, pero... ¿A quién le importa? A mí desde luego no.
Eres mi persona desquiciante y mi apoyo incondicional.


Me daban igual sus cambios de humor, sus bajones, su indecisión. Me importaba más las cosas que me decía, y hacía por mí.
Escaparse un instante para verme. Venir a buscarme a cualquier hora. Un mensaje. Una llamada. Lo que sea. Sabía como hacer que le quisiera cada día más.
Y aquí me encuentro ahora, rota por dentro.
Tengo el corazón partido en mil pedazos y aún así. Me acuerdo de él. Me enamora el tiempo que pasé a su lado.
La triste verdad es que le quiero a pesar del tiempo. Sí, es horrible verdad? O verdaderamente patético?
Sí. Me encuentro innumerables días triste, y me empeño en decir que no es nada y mira como acaba... desembocando en un recuerdo, una palabra que me dijo, un lugar en el que estuvimos.
Y aquí me encuentro ahora, rota por dentro.
No sé con quien caminar al lado, si no es él. No sé a quien abrir mi corazón, si... no es él.
Es de la única persona que me he enamorado. Y sí, duele... mucho.
Oigo que es feliz, y ...me alegra. Si no me necesitó a su lado, o no me quería ya... ¿Para qué seguir importunando? Pero, en el fondo de mi corazón, sé, que cuando esa nublada tarde de Junio, esta historia llegó a su fin, él, no había dejado de quererme. Por eso, me cuesta tanto abandonar esta historia...supongo...
No es un no rotundo. Es un...quizá, hasta luego, tal vez... duda..indecisión.


Necesito que mi herida cierre.
Pero... no sé si quiero.
Él sigue estando en mi pensamiento, más veces de las que quisiera..
¿Y qué es lo peor?
Que....todavía le espero...
Espero que aparezca con su sonrisa de niño. De no haber roto un plato nunca. Me coja de la mano y me diga.
Que me estaba esperando. Y haga que sienta de nuevo esa corriente de frío y calor intenso, que haga que esa parte de mi corazón vuelva a la vida.
Porque está muerta.
Él la dejó muerta.




Dicen que la persona que más te hace llorar, es la única que puede secar esas lágrimas y sanar la herida.
Esperemos que no sea verdad...
O que ÉL vuelva.



miércoles, 18 de enero de 2012

Teorema de una sonrisa





A sonreír se aprende habiendo llorado mucho. 
Cuando te suena demasiado cualquier principio. 
Cuando deja de sorprenderte cualquier final.
A sonreír se empieza cuando se aprende a soñar flojito. En inefable. Pásate varios años con demasiadas ilusiones sin cicatrizar y a todos tus sueños les acabará saliendo una arruga.
Pero hoy no quiero hablar de sueños ni de ilusiones, sino de sonrisas. Y hay muchísimas maneras de estirar la boca.
Para empezar, uno puede sonreír para sí mismo o puede sonreírle a otro. Se trata de sonrisas totalmente distintas, sobretodo porque mientras la primera es por donde se escapan ideas alegres y recuerdos, la segunda constituye el símbolo universal de la complicidad.
A partir de ahí, todas las demás.
Sonrisas de idiota y sonrisas de listillos. Sonrisas falsas, sonrisas malignas, sonrisas tímidas, arrogantes, sonrisas payasas y sonrisas desesperadas. Sonrisas que invitan a un primer paso y sonrisas que declinan toda invitación. Sonrisas verticales, horizontales, de medio lado y hasta en diagonal.
Para cualquier otra expresión física, hay que tener muy en cuenta cuando se manifiesta. Para la sonrisa, no.
Da igual la situación en la que te encuentres, una sonrisa bien dibujada siempre te va a ayudar, a ti y seguramente a todos los demás también.
Para terminar. No confundirse. Sonreír no tiene nada que ver con reír, simplemente comparten letras.
La sonrisa crece. La risa estalla.
La sonrisa calla. La risa berrea.
La sonrisa escucha. La risa habla.
Pero si se puede sonreír incluso mientras se llora. Con eso está todo dicho.
De cualquier modo, lo que realmente me fascina del acto de sonreír es lo mucho que se obtiene frente a lo poco que cuesta. Lo poco que abunda y lo gratis que es.
Lo bien que conozco el teorema.
Lo poco que me lo sé.


Por más sonrisas y menos dolores.
Por más felicidad y menos tormentos.
Porque todo lo bueno, se puede contener en un recipiente pequeño.
Una mueca, una expresión cálida. Una sonrisa contiene todo lo especial de este mundo.



Sacarla a pasear más a menudo. Que se cansa de estar encerrada.





                                Porque la sonrisa de un ser querido es el mayor regalo

martes, 3 de enero de 2012

Es así.

¿Cómo os sentiríais si una de las personas más importantes en vuestra vida sufriera sin límites..?
¿ Se os partiría el corazón, o simplemente saldría de vuestra boca un mísero: Oh! pobrecita?
No. Seamos serios. Se nos parte el corazón. Cada vez que sientes el dolor tan a flor de piel de esa persona. Se te parte el alma. Casi tanto por su dolor como por el tuyo propio de no ir a consolarla.
Ahora mismo me encuentro en ese maldito instante en que no puedo hacer nada. Salvo escucharla. Consolarla. Quererla. Y ser su fiel hombro o cuerpo entero en el que apoyarse. Aunque, eso lo seré en todo momento sin necesidad de dolor de por medio.


Tú, sí, tú. Vale ya de hablar en general. Del mundo en su plenitud. Hablo de ti. De la falta de tu sonrisa. De la falta de cariño que te asola. De tu carencia.
Hablo de ti.
De ti, preciosa.


Sonríe. La vida ya se encargará de poner dolor en tu carita de ángel.
Sé feliz. Ya que estar triste es un sentimiento demasiado común entre el mundo.
Llora en mi hombro. ¡Dame el coñazo!. Vive conmigo. Supéralo todo conmigo.
Sigue adelante...conmigo.
Como hemos hecho hasta ahora...
como haremos el resto de la vida.


Con todo podrás. Pocas personas me han demostrado semejante fortaleza como lo haces tú día a día. Que puedes con carros y carretas.
La gente fuerte se hace, no nace hecha. Y tú, querida, te has ido forjando como la más bella luchadora a lo largo de estos duros momentos. Este año que ha sido un duro golpe del cual, eh! has salido vencedora. Una vez más.
Cuando te sientas desanimada, no mires todo lo que te falta por recorrer. Mira lo que ya has recorrido. Que, hazme caso, poco no es.
Piensa en eso que dicen de que un clavo saca a otro clavo. Y que si Dios cierra una puerta, el diablo te abre una ventana. Nunca estarás encerrada del todo. Siempre hay salida, siempre habrá una mano tendida hacia ti. Solo tienes que esperarla, acogerla y dejar que tire de ti, que...¿Sabes? a veces no está de más dejarse llevar. :) 


Con el paso del tiempo se aprende a no mirar atrás, o al menos, no tanto como antes. 
Se aprende a confiar solo en la gente exacta. Y a querer solo por los actos que lleven acabo contigo. No por las palabras, esas burdas mentirosas en tantas ocasiones; que ya sabes que a las palabras...se las lleva el viento.
Aprenderás a quererte. ¡Sí! Se acaba aprendiendo a eso. Increíble pero cierto. (Aunque me da que a ti y a mi nos costará una vida entera ^^'')




Lo que...a duras penas intento que comprendas a lo largo de este tiempo. Es que tu sonrisa, tus gestos, tus abrazos, cuando duermes conmigo. Todo ello. Hace que mi mundo,mi vida, sea, toda ella, mejor.


Por dios... ¿Cómo una sonrisa como la tuya no podría quitar todo mal del mundo?





Por último, quiero que escuches estas canciones. Quizá no está muy dentro de nuestro estilo de normal. Pero...si te das cuenta, expresan de maravilla en gran parte todo lo que querría decirte. Espero que te arranque una de esas sonrisas que tanto me gustan y tanta falta te hacen.




Mi chica, mi alma gemela. Mi Groc.


I wish you were here.






Creo que después de todo. No hace falta decir más.